lunes, 4 de junio de 2018

No vamos a ser "emergentes".Por Dionisio Bosch,Ambito.com

La verdad es que realmente no sabemos qué pasará -nadie lo sabe-, es decir, si MSCI finalmente concederá o no a nuestro Mercado el pasaje de "fronterizo" a "emergente". Cuando en finanzas se mezclan la política con la economía, la información se vuelve opaca e interesada y cualquier cosa puede suceder, así que no descartamos nada. Por ejemplo, que los ingleses anuncien en unos días que prefieren aguardar a las próximas elecciones presidenciales, antes de tomar ninguna decisión respecto a la Argentina.

Pero la verdad es que no lo sabemos y lo más que podemos es apelar a nuestra propia experiencia - este periódico y ante el disgusto de muchos, fue el único que alertó meses antes de las promocionadas recalificaciones de 2016 y 2017, porque estas no se iban a dar-. El problema para la recalificación es que a la gente de MSCI poco y nada le importa lo que diga el Ministerio de Finanzas -que esta semana viajó a Londres a ver si puede convencerlos-, el presidente de la CNV, o de ByMA o cualquier operador local. Ellos se basan en datos duros (y en menor medida en el consenso de los operadores internacionales), lo que los lleva en un mundo cada vez más competitivo a salvaguardar su prestigio y buen nombre por encima de todo. Así que no se pueden equivocar.

Y aquí es donde comienzan los problemas. Desde que la actual administración del país ganó la segunda vuelta en noviembre de 2015 la tasa de Riesgo País (índices EMBI+; para los legos: mas es peor) subió casi un 10% en términos nominales y un 33% frente al conjunto de Mercado emergentes (fig.1), mientras en lo que va del año, solo Ecuador (+211 p.b.) registra un incremento -una caída del precio de sus bonos- mayor al nuestro (164 p.b.).



Desde lo bursátil la situación es aún menos halagüeña. Según la gente de MSCI la inversión en cotizantes argentinas dejó un resultado desde el 20/11/2015 de 4,6%, esto es un 20% menos que las acciones "yanquis", 22% menos que el conjunto de los mercados emergentes (fig. 2) y 1% menos que el grupo de los fronterizos, con nuestra plaza como la de por evolución en lo que va del 2018 (-30,97%, la semana pasada perdimos contra Turquía).



Por el lado de la disparada inflacionaria, en 2016 ocupamos el 4to puesto en el podio de los mayores incrementos de precios a nivel mundial (data World Bank), en 2017 mejoramos levemente bajando al séptimo lugar, pero este año apuntamos a competir nuevamente por el cuarto o quinto sitial. Por el lado de la moneda el peso argentino ha sido el que más ha retrocedido frente a al dólar desde noviembre de 2015 (159%) y el que más cae en lo que va desde fines de diciembre último (34%).

Esto no significa que no haya habido mejoras desde lo financiero, en especial frente a lo que vivíamos en la gestión K. Pero estos cambios en lugar de asegurarnos la suba en la calificación lo que están evitando es que nos devalúen de "Frontier" a "Standalone" (lo que le ocurrió a Bulgaria en 2016 y a Ucrania en 2015).

Todo puede pasar, el problema es que el Gobierno y algunos actores del mercado han hecho del cambio de ranking una cuestión casi futbolera, por lo que la eventual demora será vista como un fracaso, cuando no es más que un impase. ¿Hacia dónde? Dependerá de lo que se haga de hoy en más.

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