Los expertos de Fitch Ratings esperaban
que este ajuste cuantitativo, producido por el final de los programas de
compras de activos de los bancos centrales y la reducción de sus balances
(sobre todo en el caso de la Reserva Federal de EEUU), se produjera en
2020.
Pero en uno de sus últimos
informes han adelantado este ajuste a 2019, lo que significa que las bolsas
mundiales pueden verse sometidas a una volatilidad aún mayor que la registrada en el actual 2018,
que ya ha superado por mucho a la de 2017.
"Las compras netas de
activos combinadas de los cuatros grandes
bancos centrales que comenzaron sus programas de
estímulos cuantitativos se volverán negativas en 2019, un año antes de lo
que habíamos estimados", afirman los expertos de esta agencia de
calificación.
El impacto de este cambio en las políticas de los bancos
centrales en los mercados financieros globales será significativo
"Esto subraya el cambio
en las condiciones monetarias globales que está en marcha,
conforme continúa el fuerte crecimiento global y la mejora en los mercados
laborales, y podría anticipar un aumento en la volatilidad de los
mercados", añaden.
La Reserva
Federal (Fed), el Banco de Inglaterra (Boe), el Banco Central Europeo (BCE) y
el Banco de Japón (BoJ) realizaron anualmente compras
netas de activos de 1,2 billones de dólares entre 2009 y 2017. En 2018, esas
compras se redujeron hasta 500.000 millones de dólares, debido al final del
programa QE de la Fed y al inicio de la reducción de su balance.
El BCE ya ha anunciado que
finalizará sus compras de activos a final de año y Fitch
calcula que esas compras serán negativas en 2019 debido a
que “la reducción del balance de la Fed será mayor en términos absolutos que
las compras que todavía realizará el Banco de Japón”.
Durante 2019 y 2020, Fitch
pronostica que los bancos centrales reducirán sus balances en 200.000 millones de
dólares, aunque esa cifra aumentará en 2021, cuando el BCE y el
BoE comiencen a normalizar sus balances.
“El impacto de este cambio en las políticas de
los bancos centrales en los mercados financieros globales será significativo,
pese que es ampliamente esperado y pese al suave ritmo de la reducción del
balance de la Fed desde el pasado mes de octubre”, afirma Fitch.
La agencia explica que hay
evidencias empíricas muy fuertes que indican que las compras de activos han
reducido los rendimientos de los bonos, lo que implica una mayor
presión para esos rendimientos cuando las compras de activos lleguen a su fin.
El reducido impacto sobre la
rentabilidad de los bonos del Tesoro de EEUU por el final de las
compras de activos de la Fed se explica, según la agencia, debido a que otros
bancos centrales como el BCE y el BoJ han seguido con sus programas QE.
“Pero los inversores
privados tendrán que absorber una mayor emisión de bonos
en los próximos años conforme los bancos centrales reduzcan sus balances y las
necesidades de financiación de Europa, Japón y, sobre todo, EEUU, aumenten de
manera importante”, alerta Fitch.
En su opinión, las compras de
activos han reducido la volatilidad de los mercados, pero esto ha comenzado a
cambiar en 2018 conforme esas compras se han reducido. Y el
aumento de la volatilidad no ha hecho más que empezar, según
sus previsiones, por lo que 2019 será un año mucho más volátil que el actual.
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