viernes, 15 de junio de 2018

Cinco factores que pueden desencadenar las turbulencias en el segundo semestre


Se acerca la época más volátil del año en los mercados. A falta de 15 días para que comience el periodo vacacional en US, los analistas e inversores ya empiezan a perfilar sus estrategias de cara a la segunda mitad del año. Eso después de que el año haya arrancado con fuerza para las empresas, con unos resultados que han batido las expectativas de los analistas en siete de cada 10 de los valores que componen el S&P 500.

De hecho, de media, las empresas lograron un beneficio un 25% mayor de lo que había descontado el mercado, algo que, según recuerda Philipp Vorndran, gestor de Flossbach von Storch, solo ha ocurrido en cinco o seis ocasiones. No obstante, desde el llamado Bestinver alemán, advierten: "No podemos descartar nubes en el horizonte", a pesar de la buena marcha mostrada por el mercado en la primera mitad del año, con el MSCI World creciendo más de un 4% desde enero.

Y es que hay varios factores que pueden acabar con la relativa calma que vive el mercado, entre los que Vorndran destaca cinco como los más probables:

1. La debilidad que muestran las divisas de algunos países emergentes. En este sentido, desde la gestora explican que las expectativas de más subidas de tipos en Estados Unidos aumentan ante los buenos datos económicos y del mercado laboral del país. De hecho, el debate ahora está en si la Reserva Federal acometerá las tres esperadas o finalmente serán cuatro acciones en el año. Más teniendo en cuenta que la inflación coge impulso gracias al repunte de los precios del petróleo.


"Si se mantiene en un 2%, la Fed podría decidir llevar a cabo una retahíla de subidas de tipos. 'America first' es el lema de Donald Trump y no esperamos que Jerome Powell, el presidente de la Fed, se aleje de esta premisa", afirma el experto. Y es que, a su juicio, "los representantes de la Fed ya no se ven a sí mismos como los protectores del sistema monetario internacional".

2. Cambio de régimen en la Fed. Se ha apreciado cuando las primeras turbulencias han aparecido en el horizonte de los países de la periferia. No en vano, si esto hubiera ocurrido estando al frente Obama, con Janet Yellen en el regulador monetario, los tipos de interés, probablemente, no hubiesen subido tan rápidamente. En este sentido, desde la gestora apuntan que "el efecto sobre las economías periféricas puede ser mucho más drástico de lo que hace algunos años podríamos intuir".

3. Los países emergentes, en primera línea de fuego. No en vano, serán estos los más afectados del giro hacia una política monetaria más restrictiva en Estados Unidos. Y es que si los inversores de otros espacios monetarios esperan que en EEUU los tipos suban más rápido que en otras regiones, invertirán más en bonos estadounidenses, reforzando el dólar.

El efecto de la subida de tipos en EEUU sobre los balances públicos y corporativos de los emergentes puede ser devastador

Tipos de interés más altos y un dólar más fuerte son perjudiciales para aquellos países altamente endeudados y que han contraído gran parte de sus deudas en divisa estadounidense. "El efecto sobre los balances públicos y corporativos puede ser devastador. En un futuro, si se produce un giro hacia la calidad por parte de los inversores, algunos países de la zona euro podrían sufrir los efectos de un contagio en su deuda", avisan.

4. La falta de independencia del banco central de Turquía. Desde que Erdogan asumió la presidencia en agosto de 2014, la lira turca se ha desplomado alrededor de un 50% respecto al euro, y el nivel de endeudamiento, en gran parte denominado en dólares estadounidenses, supera el 50% del PIB. Recientemente, el presidente ha destacado la permisividad de 'su' banco central con su política. "La confianza de los inversores en la divisa se ha visto comprometida por la evidente falta de independencia de la autoridad monetaria", aseguran.


5. Populistas en Italia. La tercera economía de la eurozona se ha convertido en una verdadera prueba de fuego para la Unión tras la formación de un Gobierno populista y antieuropeo formado por la Liga y el Movimiento 5 Estrellas. Y es que, a pesar de que el endeudamiento de Italia es de alrededor de 2,2 billones de euros, el 130% del PIB, el nuevo Ejecutivo prevé miles de millones de gasto para asuntos sociales, recorte de impuestos o retirada de la reforma de las pensiones. Estos gastos adicionales de más del 7% del PIB tendrían que ser financiados, en su mayoría, por medio de nueva deuda.

"Sin el continuo respaldo del BCE, la rentabilidad de los bonos exigida por los inversores habría subido mucho más rápido. En este contexto, un cambio relevante de los tipos de interés es cada vez más improbable", concluyen.

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