LONDRES (CNNMoney) —                           
                                                                        
                                                                        
                                                                        
                         Si había alguna duda de que Europa recibirá 
otra dosis de estímulo de su Banco Central pronto, fue eliminada el 
viernes con datos que confirman que el crecimiento se está desacelerando
 de nuevo. 
                                                      
                                                                        
                                                                        
                                                                      El
 Producto Interno Bruto (PIB) del tercer trimestre entre los 19 países 
que usan el euro creció solo 0.3%. Eso fue más débil de lo esperado y representa una desaceleración desde el segundo trimestre, cuando la economía creció 0.4%. 
 
                                                                        
                                                                        
                                                                        
                                                   El presidente del 
Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, y sus compañeros funcionarios
 ya habían enfatizado las posibilidades de recortar las tasas de 
interés, ampliar la impresión de dinero, o ambas, cuando se reúnan por 
última vez este año el 3 de diciembre. 
                          
                                                                        
                                                                        
                                                                        
                          La cifra de crecimiento del viernes, la 
inflación inexistente, y las tasas de desempleo estancadas cerca de 11%,
 hacen que una mayor política de flexibilización monetaria en diciembre 
parezca un hecho, salvo por un repunte milagroso. 
               
                                                                        
                                                                        
                                                                        
                                     “La desaceleración moderada en el 
crecimiento refuerza los argumentos del BCE para ofrecer un mayor estímulo en su reunión de política monetaria de diciembre”, señaló el economista de mercado de BNP Paribas, Dominic Bryant. 
 
                                                                        
                                                                        
                                                                        
                                                   Eso podría provocar 
que los dos Bancos Centrales más poderosos del mundo se muevan en 
direcciones opuestas. Muchos esperan que la Reserva Federal suba las 
tasas de interés por primera vez en casi una década cuando se reúna el 
15 y 16 de diciembre. 
                                           
                                                                        
                                                                        
                                                                        
         La perspectiva de dinero cada vez más barato en Europa y al 
mismo tiempo más caro en Estados Unidos ya ha tenido un gran impacto en 
el tipo de cambio dólar/euro. 
                                   
                                                                        
                                                                        
                                                                        
                 Un euro vale ahora solo 1.08 dólares, frente a los 1.15
 dólares de hace un mes, lo cual representa una caída de 6%. 
    
                                                                        
                                                                        
                                                                        
                                                Eso debería ayudar a los
 exportadores europeos que
 luchan con la demanda más débil en los mercados emergentes. Pero la 
caída del euro este año ya ha afectado las ganancias en algunas grandes 
empresas estadounidenses. 
                                       
                                                                        
                                                                        
                                                                        
             Y eso podría empeorar. No hay prácticamente ninguna 
posibilidad de que el BCE vaya a ajustar su política monetaria antes de 
septiembre de 2016 como mínimo. Para entonces la Fed podría tener un par
 de alzas de tasas de interés en su haber. 
 
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