Deuda: para extranjeros negociación no tiene mucho margen de maniobra
Por Jorge Herrera/Ámbito.
Comenzó a pleno el póker de la reestructuración de la deuda argentina en los mercados
mundiales y el debate empieza a escalar. En las próximas semanas se pondrá más
candente, pero más allá de los intereses contrapuestos de bonistas y del Gobierno argentino, ambas
partes parecen reconocer que debe encontrar una solución urgente porque el
calendario de vencimientos no da tregua y la posición de reservas líquidas
serían muy bajas en el cuarto trimestre. Sin embargo, los analistas vislumbran
negociaciones prolongadas.
Al
respecto, ayer el International Institute of Finance (IIF), task force de los
grandes bancos internacionales, difundió un informe sobre el “hechizo” de los
controles de capitales en Argentina y advierte que sólo le dan un
respiro temporal en ausencia de desembolsos del FMI y con el problema de la
deuda sin resolver. “Mientras el crecimiento siga deprimido, es probable que
haya un superávit comercial que el BCRA pueda capturar mediante su
intervención.En este entorno, la liquidez estará
disponible para pagar la deuda en dólares por un período. Como lo demuestra la
experiencia de 2011-15, en los próximos años es poco probable que los controles
de capital por sí solos ofrezcan un modelo de financiamiento externo
sostenible. El capital nacional y extranjero sólo retornará bajo un conjunto
completo de políticas coherentes”, concluye.Con relación a los escenarios de sostenibilidad de la deuda
(DSA), diseñados por unos y otros, con miras a la renegociación, es obvio que
están contaminados según su artesano. Pero lo cierto es que hay cierto consenso en que sin
quita de capital, sólo habrá una transición hasta la próxima crisis, que ya la
proyectan para 2024. O sea, de este atolladero no se sale solo
con reperfilar. De modo que el margen de maniobra, para ambas partes, se torna
bastante acotado. Hoy los probables escenarios de negociación, con o sin quita,
están casi 50/50, ya que el caso “óptimo”, de bajísima probabilidad, supondría
un gran esfuerzo fiscal, sin quita de deuda, y que todo sale “a las mil
maravillas”. Por ende, todo se resume básicamente a una puja entre quita o no.Con relación al FMI, no hay consenso, podría no tener tanta
influencia en el proceso ya que Argentina recién necesita el “rollover” de la
deuda en 2021 y de esta manera evitaría atarse a un programa delineado por el
organismo, que seguramente implicaría una quita de capital, además de un ajuste
fiscal y reformas. Al respecto, tanto analistas como bonistas son muy
incrédulos sobre el rol del FMI porque señalan que los últimos DSA para el caso
argentino fueron ambiguos sobre la “sostenibilidad” de la deuda. Porque
indicaban cierta sustentabilidad, pero bajo una amplia zona gris de riesgos.
Por ello creen que el FMI podría considerar necesaria una quita de la deuda
dado que su modelo DSA proyectaría la deuda por encima de un área gris de
sostenibilidad (60%-80% del PBI, por encima de Ucrania cuando acordó un recorte
de 20% en 2015).Con este panorama resulta interesante definir las cuestiones
claves, a favor y en contra, de este juego de reestructuración de la deuda y
que marcarán las posiciones iniciales en la negociación. Para ello recurrimos a
un resumen elaborado por economistas de Oxford Economics donde fijan cuatro
variables: quita, alto superávit fiscal, control de capitales y programa con el
FMI; y las cruzan con el Fondo, el Gobierno argentino (GA) y los bonistas (B).
*Quita: el FMI dirá que “sí, restaura la
sostenibilidad, pero puede comprometer. Argumentará que el BCRA necesita ser
recapitalizado”; el GA, “a favor sujeto a gran temor por litigios”; y B,
“fuertemente en contra, argumentará para excluir la deuda en poder del BCRA y
los bancos.
*Alto superávit fiscal: FMI, “a favor, sería
una capitulación permitir un déficit dado que a Macri no se lo dieron”; GA, “se
resistirá fuertemente, políticamente muy difícil”; y B, “a favor, ¿por qué
deberían tomar otra quita si el esfuerzo fiscal es tímido?”.
*Controles de capital: FMI ,“en contra
además de ganar tiempo para el ajuste a políticas macro más equilibradas”; GA,
“a favor: crucial para mantenerse a flote”; y B, “a favor: proporciona un mayor
alivio de la deuda”.
*Programa del Fondo: FMI, “sí, lo antes
posible”; GA, “en contra, pero necesitará uno en 2021 para renovar la deuda del
FMI”; y B, “ven al FMI irritante a corto plazo, pero como un ayudante para la
adhesión fiscal”.
Sobre esta base pergeñaron los escenarios DSA y nos
concentramos en caso base y en el negativo.
El “base” (probabilidad 45%) es para una quita del 20% y la
reducción de cupones a 5%, y un pequeño superávit fiscal primario 2020-2025. La
deuda se ameseta en poco más de 70% del PBI, pero la continúa la dependencia
del BCRA.
En el escenario más negativo para los bonistas (probabilidad
40%) el Gobierno argentino impone una quita del 30%, pero luego se tambalea en
la heterodoxia y la deuda retoma un camino insostenible, que llega al 88% del
PBI en 2025.
“Nuestro análisis de la sostenibilidad de la deuda también
muestra cómo las desviaciones de la política económica podrían socavar la
sostenibilidad de la deuda de Argentina, con independencia de la
reestructuración de las negociaciones”, advierten los economistas de Oxford y
explican que “en este contexto, es crucial comprender cómo los DSA rigurosos pueden
establecer límites de negociación y cómo se pueden manipular para presentar el
rango de escenarios que brindan un apoyo conveniente a cada posición de
negociación”.
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