miércoles, 28 de octubre de 2020

El dilema de las empresas de EEUU ante el activismo social: ¿implicación o distanciamiento?

 27 oct (Reuters) - A principios de este año, un aluvión de grandes empresas estadounidenses se comprometieron a abordar la desigualdad racial y promover la justicia social después de que la policía de Minneapolis matara a George Floyd, un hombre negro, provocando protestas en todo el país.

Entre las empresas que se apuraron a tomar una posición figuras nombres como Home Depot, Procter & Gamble y Coca-Cola.

El mundo empresarial estadounidense prometió miles de millones de dólares para fomentar la diversidad en sus plantillas y en las comunidades en las que operan, incluyendo bancos como JPMorgan Chase & Co, que se comprometió a aportar 30.000 millones de dólares en los próximos cinco años.

Otro grupo de empresas, en particular en Silicon Valley, están adoptando una actitud más cautelosa, según entrevistas con más de una decena de inversores, empresarios, asesores de ejecutivos y encargados de contratación.

Empresas y empleados deben evitar tomar posturas públicas que aviven la polémica en un país cada vez más polarizado como Estados Unidos, dijeron a Reuters partidarios de este punto de vista y asesores. Por el contrario, deberían centrarse en iniciativas estratégicas y en el cumplimiento de objetivos financieros, afirmaron.

Los equipos directivos y los consejos de administración están estudiando cómo manejar el tema, según fuentes consultadas, y algunos han optado por guardar silencio como estrategia central. Otros han definido reglas básicas formales que detallan cómo los ejecutivos pueden abordar los temas políticos y sociales más delicados.

“Está creándose un conflicto porque los empleados esperan que las empresas resuelvan problemas que están fuera del alcance de la empresa”, dijo el asesor de ejecutivos Stephen Miles, del Grupo Miles.

Miles ha hablado con al menos 10 máximos ejecutivos en las últimas semanas que compadecieron a Brian Armstrong, el CEO de Coinbase, cuya entrada en un blog bit.ly/2IG9BMm del 27 de septiembre explicando por qué la empresa de criptomonedas seguiría siendo apolítica llevó el debate a la plaza pública.

Amstrong escribió que Coinbase y sus empleados debían prestar atención a la “misión” corporativa y no ahondar en problemas sociales más amplios que distraen y disminuyen la productividad. La empresa declinó hacer más comentarios para esta historia.

Después de compartir el mensaje en Twitter, algunos fundadores y ex altos ejecutivos de destacadas empresas de tecnología respondieron apoyando su postura. Es posible que su posición sea más compartida entre en las empresas estadounidenses de lo que parece.

“La gente no está adoptando una postura pública al respecto, pero se pregunta en la sala del consejo de administración: ‘¿Qué deberíamos hacer?’”, dice Kathleen Utecht, socia directora de la empresa de capital riesgo Core Innovation Capital.

Utecht está de acuerdo con Armstrong. Su posición es más común de lo que la gente puede pensar, especialmente entre las empresas más pequeñas, donde los equipos de dirección no quieren dedicar unos recursos limitados a la solución de cuestiones sociales complejas.

El flujo sin precedentes de apoyo empresarial a la justicia racial se ha producido en los últimos meses, tras varios años en los que las empresas han adoptado una postura sobre otras cuestiones por las que han sido criticadas, como el cambio climático, la brecha salarial entre hombres y mujeres y los derechos del colectivo LGBTQ.

Empresas de primera línea han entrado al debate y compañías más pequeñas también han tomado una posición. El viernes, el CEO de Expensify, David Barrett, envió un correo electrónico a los 10 millones de usuarios de la compañía de software instándolos a votar por el contendiente presidencial demócrata Joe Biden.

Estas declaraciones llaman la atención, en parte por lo poco habituales que han sido históricamente, según el profesor de la Universidad de Harvard Mike Toffel, que ha estudiado el activismo de los CEO. Es más común ahora que hace cinco o diez años, pero sigue siendo raro, según Toffel, y la idea de que las empresas deben involucrarse en la política está lejos de ser universal.

“Puedes contar con los dedos de las manos los ejemplos”, dice. “Muchas no se están involucrando”.

Aproximadamente la mitad de las compañías en el índice Russell 1000 no hicieron declaraciones sobre la desigualdad racial el verano pasado, según datos preliminares de As You Sow, una organización sin fines de lucro que aboga por la responsabilidad corporativa.

De las que sí hicieron declaraciones, 195 estaban en lugares difíciles de encontrar como la página de LinkedIn de un CEO o la página de Facebook de la plantilla, no el sitio web corporativo, según dice Andrew Behar, máximo ejecutivo de As You Sow.

Lloyd Carney, un exejecutivo de tecnología que es miembro de varios consejos de administración, entre ellos el de la proveedora de inteligencia artificial Nuance Communications Inc., dice que las compañías “inteligentes” están tomando medidas para abordar las causas sociales a nivel interno, pero no de manera ostentosa. Esto les permite evitar las reacciones negativas de empleados, clientes o políticos, según Carney.

“Es una de esas cosas en las que es mejor hacer poco ruido”, sostuvo Carney. “Un comunicado de prensa es lo peor que se puede hacer en este ambiente altamente politizado”.

Cerca de media docena de compañías fuera de Silicon Valley recientemente establecieron marcos para que los ejecutivos puedan abordar temas sociales y políticos sensibles, como Black Lives Matter, según dijo a Reuters un asesor de consejos de administración. Los ejecutivos deben dejar claro que están hablando a título personal sobre ciertos temas y notificar a los consejos sobre sus comentarios, de acuerdo al asesor.

Por ejemplo, el fabricante de alta tecnología Sono-Tek Corp adoptó un código de conducta similar en septiembre que prohíbe a los empleados participar en asuntos políticos en el trabajo o con los recursos de la empresa.

Según el director financiero de la compañía, Steve Bagley, el código cobra especial importancia en el tumultuoso mundo de hoy en día y tiene como objetivo ayudar a los empleados a sentirse cómodos en el trabajo.

“Las grandes empresas quieren que la gente compre su producto, que apoye a su empresa, ya sean demócratas o republicanos duros o estén en el medio”, afirmó Ronn Torossian, jefe de Relaciones Públicas de 5W, que habla con los máximos ejecutivos de una amplia variedad de industrias. “No pasa una semana sin que las grandes empresas no hablen de esto”.

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