Ripple suma a AMEX a su fundación y se dispara el valor de esta criptomoneda

Una de las criptomonedas a las que mejor ha sentado 2017 ha sido Ripple, la criptomoneda que no se puede minar, pero que está entre las cinco con mayor capitalización del mercado. Esta criptomoneda basada en el software libre tiene una gran aceptación en el mercado, ya que es poco conocido, pero detrás de esta criptomoneda se encuentran compañías como Amazon o Google. Su principio es que no tiene fee en cuanto a las transacciones y tiene un periodo de validación muy pequeño, por lo que muchos bancos la están adoptando para el envió de capitales transfronterizos.
El valor de Ripple en apenas unas horas se ha doblado hasta llegar a los 0.45$, debido dentro otros a una nueva incorporación a la fundación RippleNet. Ha sido AMEX la última en incorporarse, justo unos días después de la confirmación de la incorporación de American Express, algo que ha permitido a esta criptomoneda subir mucho de valor, es más, esta importante compañía crediticia estadounidense ha implementado pagos instantáneos basados en el blockchain de Ripple, pero este servicio solo está disponible para empresas estadounidense y solo está operativa para envíos de fondos a empresas de Reino Unido que trabajen con Santander UK.
La contabilidad distribuida permite a las partes realizar el seguimiento del estado y el coste de la transacción. Una transferencia de XRP en sí ‘entrara en juego más adelante en la dinámica evolutiva’, según explica Marcus Teacher, Jefe Global de Cuentas estrategias de Ripple. Además, ha destacado que la asociación con Skandinaviska Enskilda Banken, ha generado transacciones de 630 millones de dólares desde el segundo trimestre de este año.
‘Es solo cuestión de tiempo antes de que los bancos centrales adopten Blockchain para liquidar las transferencias de fondos interbancarios de alto valor’, explica el gerente general de Ripple, Brad Garlinghouse. ‘Hace poco menos de 100 años, en 1927, el famoso piloto Charles Lindbergh podría haber volado a través del Océano Atlántico más rápido que la mayoría de los pagos que suceden actualmente en esa misma masa de agua’.