PEKÍN/WASHINGTON (Reuters) - China contestó con rapidez el miércoles a
los planes del gobierno de Donald Trump para imponer aranceles a
productos chinos por valor de 50.000 millones de dólares, aprobando una
lista de gravámenes similares a importaciones estadounidenses claves
como soja, aviones, autos, carne y productos químicos.
La rapidez
con la que está escalando el pulso entre Washington y Pekín -China
tardó menos de 11 horas en responder con las mismas medidas- provocó una
abrupta liquidación de los mercados bursátiles y de materias primas
globales.
Trump negó que estas represalias equivalgan a una
guerra comercial entre las dos mayores superpotencias económicas
mundiales. “No estamos en una guerra comercial con China, esa guerra fue
perdida hace muchos años por las personas tontas, o incompetentes, que
representaban a Estados Unidos”, tuiteó el mandatario temprano el
miércoles. [nL2N1RH0FL]
No obstante, los inversores se preguntan hasta dónde podría escalar una de las peores disputas comerciales en años.
“Se
daba por hecho que China no respondería de manera muy agresiva y
evitaría una escalada de las tensiones. La respuesta de China es una
sorpresa para algunas personas”, dijo Julian Evans-Pritchard, analista
de Capital Economics, destacando que ninguna de las partes ha pedido aún
la entrada en vigor de los aranceles.
Entre los
productos de fabricación estadounidense que podrían ser gravados con
tarifas por China destacan los autos eléctricos de Tesla (TSLA.O), los modelos Lincoln de Ford (F.N), los aviones Gulfstream de General Dynamics (GD.N) y el güisqui Jack Daniel’s de Brown-Forman Corp (BFb.N), según indicó la lista de Pekín.
A
diferencia del listado de Washington, que fue completado con muchos
productos industriales menos conocidos, el de China incluye
exportaciones referenciales estadounidenses, como la soja, la carne de
vacuno congelada, el algodón y otras materias primas agrícolas
procedentes de estados como Iowa o Texas, que votaron por Trump en la
elección presidencial de 2016.
Aunque Washington apuntó contra
productos que se benefician de la política industrial china, incluida su
iniciativa “Hecho en China 2025” para reemplazar las importaciones
tecnológicas avanzadas con productos locales en industrias estratégicas
como la Tecnología de la Información y la robótica, Pekín parece buscar
un daño político.
Por ejemplo, el tabaco y el güisqui aparecen en
la lista de Pekín y son producidos en Kentucky, patria chica del líder
de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell.
“Es más
un juego de riesgos calculados, dejando claro cuál sería el costo, con
la esperanza de que ambas partes puedan llegar a un acuerdo y no llegue a
aplicarse ninguno de estos aranceles”, comentó Evans-Pritchard.
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