(Bloomberg)
-- El Banco Central Europeo pondrá punto final a su política de tasas
de interés negativas en enero de 2020 y comenzará a pagar por los
depósitos ocho meses después de esa fecha, según una encuesta de
Bloomberg entre economistas.
Estos
prevén un primer aumento en septiembre del próximo año y estiman que la
tasa de depósito subirá de -0,4 por ciento al presente a 0,25 por
ciento para fines de 2020. No anticipan ningún cambio de la política
monetaria en la reunión del Consejo de Gobierno el jueves.
Este
mes, las autoridades dieron un gran paso hacia la reducción de los
estímulos sin precedentes al disminuir las compras mensuales de activos a
15.000 millones de euros (US$17.000 millones). Como el programa
culminaría con una cifra de 2,6 billones de euros a fin de año, las
tasas de interés han regresado al centro de atención.
Si
bien hoy el BCE no planea reducir los costos de los préstamos hasta al
menos después del próximo verano boreal, algunos funcionarios han
discutido públicamente las estrategias para comunicar sus intenciones,
no solo con respecto a la primera alza, sino también en cuanto al ritmo
posterior de las subidas.
"Hasta
ahora, la orientación a futuro del BCE se concentra en el momento
elegido para la primera subida de tasas", dijo Kristian Tödtmann,
economista de Dekabank en Fráncfort. "Pero hacia mediados de 2019, el
BCE también debería encauzar de manera más activa las expectativas del
mercado sobre la rapidez con que aumentará las tasas en el mediano
plazo" para evitar un "endurecimiento demasiado fuerte de las
condiciones financieras".
Gama de riesgos
Al
pronosticar la trayectoria de las tasas de interés, los economistas
deben sopesar una amplia gama de riesgos. La crisis presupuestaria de
Italia ha saltado a la cima en la lista de preocupaciones de la
encuesta, ya que aumentaron los rendimientos de los bonos italianos y
los funcionarios de la Unión Europea han expresado su descontento frente
a los planes de gastos del país.
"La
situación política en Italia es, con mucho, el mayor riesgo para la
economía de la eurozona, pero no está claro qué puede hacer el BCE al
respecto", dijo Azad Zangana, economista de Schroder Investment
Management en Londres. "No se puede predecir que intervenga con una
política para apoyar a un solo Gobierno".
Los
analistas también toman en cuenta las tensiones comerciales que nublan
la perspectiva. Si bien la zona euro no ha sido afectada directamente
por la disputa entre Estados Unidos y China, el intercambio de aranceles
de represalia amenaza con interrumpir las cadenas de suministro
mundiales y agravar una desaceleración económica en el país asiático que
se encamina a reducir la demanda en todo el mundo.
Los
responsables de las políticas del BCE destacaron el aumento del
proteccionismo, la vulnerabilidad de los mercados emergentes y la
volatilidad financiera como riesgos claves en su reunión de septiembre,
luego de reducir sus proyecciones de crecimiento económico para 2018 y
2019.
Al
asegurar a los inversionistas que el retorno a la política monetaria
normal será gradual, el BCE ha indicado que no abandonará todos los
instrumentos introducidos desde la crisis financiera. Una de las
herramientas que puede mantener son las operaciones de refinanciamiento
focalizadas a más largo plazo, que actualmente brindan financiamiento a
los bancos hasta al menos 2020.
La mayoría de los economistas encuestados predicen que el BCE ofrecerá una mayor cantidad de esos préstamos.
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