El Fondo Monetario Internacional, a través de su directora gerente, Christine Lagarde,
ha comparado el periodo histórico actual con la etapa previa que
desencadenó la Primera Guerra Mundial, que tuvo lugar entre 1914 y 1918.
En un artículo recién publicado y que se titula 'When History Rhimes', en alusión a una sentencia de Mark Twain
que dice que 'la historia nunca se repite, pero a menudo rima', Lagarde
recuerda que la economía mundial se ha movido desde hace siglos al
ritmo de los “avances tecnológicos y la integración global”.
Estas fuerzas han creado gran
prosperidad a lo largo del planeta, pero al mismo tiempo, cuando han
sido “mal manejadas, han provocado grandes calamidades, como la Primera Guerra Mundial, un ejemplo de todo lo que puede ir mal”, en opinión de Lagarde.
En opinión de Lagarde, "hoy en día, podemos encontrar sorprendentes similitudes con el período anterior a la Gran Guerra"
Para la directora gerente del FMI, los
50 años anteriores a la primera 'Gran Guerra' estuvieron marcados por
grandes avances tecnológicos y una gran integración global. Ambas
fuerzas crearon una gran riqueza, pero que no fue repartida justamente. Y
pone como ejemplo que, en 1910, el 1% de los ciudadanos de Reino Unido controlaba casi el 70% de la riqueza, “una disparidad nunca alcanzada antes o después”.
“Entonces, como ahora”, recuerda, “el
aumento de la desigualdad y los beneficios desiguales del cambio
tecnológico y la globalización contribuyeron a una reacción violenta.
En el período previo a la guerra, los países lucharon por la ventaja
nacional y abandonaron la idea de la cooperación mutua en favor del
dominio de suma cero. El resultado fue una catástrofe: todo el peso de la tecnología moderna fue desplegado hacia la masacre y la destrucción”.
La dirigente francesa recuerda, además,
que los líderes de la época “no supieron” extraer las “lecciones
correctas” de ese conflicto y sólo pensaron en el “corto plazo, retirándose del comercio,
intentando recrear el patrón oro y evitando los mecanismos de
cooperación pacífica”, lo que finalmente provocó la Segunda Guerra
Mundial.
En este escenario, Lagarde recuerda la reflexión del célebre economista John Maynard Keynes, uno de los padres del FMI, quien escribió sobre el Tratado de Versalles
que la insistencia de imponer la ruina financiera a Alemania podría
llevar al desastre. “Y estaba completamente acertado”, afirma.
También comenta que “los horrores” de la Segunda Guerra Mundial finalmente hicieron que los líderes buscasen soluciones duraderas y crearan organismos como las Naciones Unidas, el Banco Mundial o el FMI.
“El sistema creado siempre ha tenido la capacidad de adaptarse porque nuestros predecesores reconocieron que la cooperación global debe evolucionar para sobrevivir”, afirma Lagarde. Y añade que “hoy en día, podemos encontrar sorprendentes similitudes con el período anterior a la Gran Guerra”,
como los vertiginosos cambios tecnológicos, la profundización de la
integración global y una prosperidad creciente, “pero terriblemente
muchos han quedado atrás”.
El gran peligro es que “en algunos lugares, estamos viendo una creciente ira y frustración combinadas con una reacción violenta contra la globalización. Y una vez más, tenemos que adaptarnos”.
La solución, según la directora del FMI,
es apostar por un “nuevo multilateralismo, más centrado en las personas
y más responsable, que revitalice el espíritu previo de cooperación y
que aborde desafíos como la integración financiera, el coste de la corrupción y el cambio climático”.
Otra de las soluciones pasa por impulsar el “empoderamiento de las mujeres y modernizar los sistemas globales de comercio
para mejorarlos. Su conclusión es que “la coexistencia pacífica de las
naciones y las perspectivas económicas de millones de personas dependen
directamente de nuestra capacidad para descubrir las rimas dentro de
nuestra historia compartida”.
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