PEKÍN (Reuters) - El crecimiento económico de China se desaceleró al
6,2% en el segundo trimestre, su ritmo más débil en al menos 27 años, al
debilitarse la demanda en el país y en el extranjero ante la creciente
presión comercial de Estados Unidos.
Si bien la
producción industrial y las ventas al por menor de junio ofrecieron
señales de mejora, algunos analistas advirtieron de que las ganancias
podrían no ser sostenibles, y esperan que Pekín continúe implementando
más medidas de estímulo en los próximos meses.
Los socios
comerciales de China y los mercados financieros están vigilando de cerca
la salud de la segunda mayor economía del mundo en un momento en el
que la guerra comercial con Estados Unidos se está volviendo más
prolongada y costosa, lo que alimenta preocupaciones por una recesión a
nivel mundial.
Los datos de crecimiento del lunes mostraron una
pérdida de impulso para la economía respecto al 6,4% del primer
trimestre, y las expectativas generalizadas son que Pekín tiene que
hacer más para impulsar el consumo y la inversión y restaurar la
confianza de las empresas.
El
ritmo de abril-junio estuvo en línea con las expectativas de los
analistas, que ya preveían el trimestre más lento desde enero-marzo de
1992, el primero de los datos trimestrales registrados.
“El
crecimiento de China podría desacelerarse a un 6% a un 6,1% en la
segunda mitad del año”, dijo Nie Wen, economista de Hwabao Trust. Dichas
cifras se situarían en el extremo inferior de la horquilla de
crecimiento prevista por Pekín para 2019, del 6 al 6,5%.
Pekín
se ha apoyado en gran medida en el estímulo fiscal para apuntalar el
crecimiento este año, al anunciar recortes de impuestos por casi 2
billones de yuanes (291.000 millones de dólares) y una cuota de 2,15
billones de yuanes para la emisión de bonos especiales de gobiernos
locales destinados a impulsar la construcción de infraestructura.
Sin embargo, la economía ha tardado en responder y la cautela se mantiene en la confianza empresarial.
Las
presiones comerciales se han intensificado desde que Washington aumentó
los aranceles a productos chinos en mayo. Mientras que las partes han
acordado reanudar las conversaciones comerciales y posponer nuevas
acciones punitivas, se mantienen en desacuerdo sobre cuestiones
importantes necesarias para un pacto.
A pesar de la disputa
comercial, las exportaciones netas representaron un sorprendente 20,7%
del crecimiento del PIB en la primera mitad del año, ya que los
exportadores chinos se apresuraron a vender antes de la imposición de
aranceles por parte de Washington.
En tanto, las importaciones se debilitaron con más fuerza en medio de la caída de la demanda interna.
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