ATLANTA/VICTOR (Reuters) - Si bien el presidente de la Reserva
Federal, Jerome Powell, mantuvo el jueves el foco en los riesgos
globales que podrían generar un recorte de tasas de interés en las
próximas semanas, algunos de sus colegas de los bancos regionales
presentaron una visión más optimista del crecimiento económico
estadounidense.
Los
dispares comentarios muestran el dilema que enfrenta la Fed cuando se
dirige a una reunión de política monetaria a fin de mes, en la que el
mercado espera ampliamente que reduzca el costo del crédito.
Por
un lado, los riesgos del comercio mundial y económicos han frenado la
inversión, la inflación marcha muy por debajo de la meta del 2% y el
crecimiento local podría necesitar un respaldo, como enfatizó Powell en
audiencias el miércoles y jueves en el Congreso y secundaron el
influyente jefe de la Fed de Nueva York, John Williams, y la gobernadora
Lael Brainard.
Pero cuando encuestaron a las empresas en sus
distritos, el jefe de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, y el de la Fed
de Richmond, Thomas Barkin, vieron una economía aún en auge y que no hay
una necesidad clara de una política monetaria más expansiva.
“Todavía
no veo que las nubes generen una tormenta”, afirmó Bostic, quien se
describió como un escéptico sobre la necesidad de reducir ahora el costo
del endeudamiento. “Con muy pocas excepciones, las empresas me dicen
que la economía se desempeña tan sólida como antes. No ven debilidad en
el compromiso del consumidor. Y no están cambiando sus planes
materialmente”.
“He
estado fuera en las últimas dos semanas y conversando con gente de
negocios”, dijo el jueves Barkin. “Todavía no retroceden (...) No están
recortando empleos. No están reduciendo inversiones que ya estaban en
marcha. Pero son cautos (...) No se han detenido, simplemente han
desacelerado”.
Powell ha apuntado a una serie de sondeos como
evidencia de que la confianza empresarial se vio afectada recientemente,
en particular en mayo, después de que el presidente Donald Trump
amenazó con imponer aranceles a las importaciones desde México a menos
que se cumplieran sus demandas sobre una aplicación más estricta de las
leyes contra la inmigración ilegal.
Los gravámenes no se aplicaron, “pero fue un shock de confianza”, aseguró Powell a la Comisión de Banca del Senado.
En
Albany, el presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, también
respaldó un recorte de tasas, citando incertidumbres sobre el comercio,
el crecimiento mundial y la débil inflación. “Los argumentos, para
agregar expansión monetaria se han fortalecido con el tiempo”.
En
un evento separado en Pensilvania, Brainard se les sumó. “Considerar
los riesgos a la baja en un momento de débil inflación sería un
argumento a favor de relajar el ritmo esperado de la política monetaria
de acuerdo a los principios básicos de la gestión de riesgos”, afirmó.
Los
inversores dan una probabilidad de casi un 100% de una reducción de los
tipos. Y en sus presentaciones en el Congreso esta semana, Powell
impulsó las expectativas de que dicho recorte se producirá y se centró
en la necesidad de proteger a Estados Unidos de las consecuencias de la
debilidad económica mundial.
Al menos un par de jefes regionales
del organismo respaldan la baja de tasas, incluyendo a James Bullard de
la Fed de St. Louis y Neel Kashkari de la Fed de Mineápolis, que el
jueves dijo que aboga por una “medicina más fuerte” con una reducción de
medio punto porcentual. Ambos afirmaron que se necesita un recorte para
impulsar las expectativas inflacionarias.
Pero otros en la Fed
en los últimos días han dicho que tienen complicaciones para justificar
menores tasas de interés en momentos en que el desempleo se ubica cerca
de mínimos históricos, en un 3,7%, y el crecimiento del empleo mantiene
un buen ritmo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario