En medio de una cuarentena que le asestó un durísimo golpe a
la actividad económica, el Banco Central se sigue esforzando para el que el
tipo de cambio oficial continúe como si nada. El dólar mayorista no llegó aún a
los $ 69 y sube menos de 15% en lo que va del año, cuando el resto de las
monedas de la región sufrieron fuertes depreciaciones. En Brasil, sin ir más
lejos, el tipo de cambio acumula un incremento de 34% en lo que va del año.
El índice de tipo de cambio real multilateral que mide el
BCRA ya volvió a los niveles “pre PASO”. Toda la mejora competitiva que se
había “ganado” luego de la devaluación que se produjo en las elecciones
primarias de agosto, cuando el dólar pasó de $ 45 a $ 60 ya se evaporó.
El atraso del tipo de cambio oficial es una de las
explicaciones principales para el incremento de la brecha cambiaria, más allá
de que los nuevos controles hicieron retroceder al dólar bursátil más de 10% en
dos jornadas (MEP y “contado con liquidación”). Sin embargo, el “blue”, que
quedó como única referencia para el mercado cambiario libre, subió y volvió a
ubicarse por encima de los $ 125.
Esta brecha es en buena medida responsable de la pérdida de
reservas que sigue sufriendo el BCRA. Todos aquellos que tienen acceso al tipo
de cambio oficial compran lo que está al alcance. Algunos se lo quedan, porque
es la forma más barata de atesorar y otros lo venden en otros mercados,
aprovechando el fuerte aumento de la brecha. Además, crece el incentivo para
aumentar las importaciones (muy frenadas por la cuarentena) y reducir las
exportaciones.
El tipo de cambio
atrasado aumenta las expectativas de devaluación y aumenta en forma desmedida
la deanda por dólares “oficiales”. En el BCRA no quieren acelerar la tasa de
devaluación por lo menos hasta que se resuelva el problema de la deuda
El Central ya tuvo que vender más de USD 1.300 millones en
el último mes y medio, pero la presión no afloja. Y ahora se viene junio, con
un peligro extra: el pago del medio aguinaldo podría agregar todavía más
presión compradora del público, vía compra de dólar “solidario”.
Por el momento, el Gobierno optó por complicar la
dolarización de carteras por vías bursátiles, con el objetivo de hacer caer la
brecha. Y el Central acompañó con una fuerte absorción de pesos, superior a los
$ 450.000, para retirar buena parte de lo que tuvo que emitir a lo largo del
mes para hacer frente a los agujeros fiscales.
El titular del BCRA, Miguel Pesce, tomó dos decisiones en
las últimas jornadas: no acelerar la suba del tipo de cambio oficial a pesar de
este contexto adverso y no ponerle trabas adicionales a la compra de los USD
200 que el público puede efectuar por mes. Pero habrá que seguir este tema con
atención, teniendo en cuenta que la semana que viene arranca junio y los
empleados tendrán depositado el sueldo, parte del cual se termina utilizando
para adquirir dólares oficiales.
El funcionario apuesta a que una renegociación exitosa de la
deuda calme las aguas, recupere cierto nivel de confianza de los inversores y
equilibre al mercado cambiario. Pero más allá de si esta es una postura
exageradamente optimista, es incierto en qué momento podría cerrarse el acuerdo
por la deuda y cómo se lograría. En la medida que demoren las negociaciones,
podría recrudecer la presión sobre las reservas.
Enamorarse del atraso cambiario, o mejor dicho del dólar
barato, es algo que atravesaron todos los gobiernos de los últimos cuarenta
años. Pero cuanto más se demore en sincerar su precio mayores costos se
terminan pagando. En medio de la caída de la actividad por la cuarentena, la
presión para que los precios de los alimentos se mantengan congelados complican
un sinceramiento del dólar. Pero es todo cortoplacismo. El BCRA además está
vendiendo fuerte dólar futuro para desviar parte de la demanda.
Aprovechando esta expectativa de una aceleración del tipo de
cambio, varias empresas aprovecharon en las últimas jornadas para emitir deuda
atada a la inflación, a través de bonos que ajustan según la cláusula “dólar
linked”. De esta manera, los inversores que se vuelcan por este tipo de
opciones recibiría un fuerte beneficio en caso de que el tipo de cambio oficial
pegue un salto. Algo que no sucederá en el cortísimo plazo, pero sí es
altamente probable en los próximos meses.
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