lunes, 26 de abril de 2021

Fed: ¿Está a punto de estallar una tormenta económica?

 No se espera que el Comité Federal de Mercado Abierto anuncie ningún cambio de política monetaria tras su reunión de dos días de esta semana, ni que proporcione siguiera ninguna orientación concreta sobre cuándo comenzará a reducir sus compras de activos como preludio de la subida de los tipos.
Los economistas creen que las autoridades de la Fed elevarán sus previsiones de crecimiento económico, al tiempo que tranquilizan a los inversores, como lo han hecho los últimos meses, asegurando que no renunciarán a los estímulos monetarios hasta que se observe una mejora mucho mayor del empleo, incluidos ajustes del empleo estructural. La inflación, siguen diciendo, no es un problema.
Larry Lindsey, que fuera director del Consejo Económico Nacional con el presidente George W. Bush y gobernador de la Fed en la década de 1990, cree que la Fed está subestimando el riesgo de inflación. La demanda está siendo alimentada por un gasto público masivo, que no es probable que disminuya el año que viene y desde luego no antes de las elecciones de mitad de período, mientras que la oferta se ve cada vez más limitada por una grane escasez.
Además, en su opinión, estas carencias incluyen la de mano de obra calificada. Es posible que los funcionarios de la Fed quieran mejorar la equidad en el empleo, pero no pueden dar a los trabajadores no calificados la capacitación que necesitan para proporcionar lo que las empresas necesitan. Esto significa que las empresas tendrán que ofrecer salarios más altos para contratar a los trabajadores que quieran y las pretensiones de la Fed de alcanzar el pleno empleo en todos los ámbitos podrían verse frustradas por la inflación.
Lindsey, doctorado en economía por la Universidad de Harvard, cree que el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años —indicador de los temores de los inversores sobre la inflación— alcanzará al menos el 3% a finales de año, aproximadamente el doble de su nivel actual.
No escucharemos nada de eso de boca del presidente de la Fed, Jerome Powell, cuando comparezca ante la prensa el miércoles. Hablará sobre los beneficios de los estímulos fiscales, la presencia de riesgos a la baja, la necesidad de alcanzar el pleno empleo y el compromiso de la Fed de mantener el rumbo incluso si hay un repunte de la inflación.
El Banco de Canadá decidió la semana pasada reducir sus compras semanales de bonos en 1.000 millones de dólares canadienses hasta un total de 3.000 millones de dólares canadienses e insinuó que la economía podría necesitar una subida de los tipos de interés para la segunda mitad del año que viene. Algunos analistas han considerado que la medida del banco central de Canadá ha sido algo atípico, pero otros piensan que podría ser la antesala de lo que todos los grandes bancos centrales se van a ver obligados a hacer.
El Banco de Canadá tiene el simple mandato de limitar la inflación al 2%, pero el banco central pronostica ahora una tasa de incrementos de los precios del 2,4% para el cuarto trimestre de 2023.
El Banco Central Europeo, por su parte, impulsó sus compras de bonos en marzo hasta 74.000 millones de euros, frente a los 60.000 y 53 000 millones de euros de los dos primeros meses del año. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha dicho que el banco central de la eurozona mantendrá la tasa más rápida de compras para respaldar la recuperación de la maltrecha economía europea. Ha destinado 1,85 billones de euros para compras de activos hasta marzo del próximo año.
Estados Unidos anunciará el jueves sus previsiones preliminares de crecimiento del PIB del primer trimestre, tras la previsión preliminar del 6,5% tras la del 4,3% del trimestre anterior. Pero los economistas de ING (AS:INGA) afirman que la tasa de crecimiento anualizado podría superar el 7%, y alcanzar los dos dígitos en los trimestres restantes de este año. También creen que la inflación se acercará al 4% en mayo.
Si están aunque sea un poco en lo cierto, este tipo de datos podrían obligar a la Fed a pensar más en serio en reducir sus compras de activos y posponer su pronóstico de subidas de tipos. Y la Fed ha aprendido por las malas que tiene que comunicar sus intenciones a los inversores con mucha antelación. La próxima reunión del FOMC está programada a mediados de junio, así que la reunión de política monetaria de esta semana podría ser la última tranquila durante un tiempo.

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