A pesar de la recuperación que
registraron los índices bursátiles estadounidenses ayer por la tarde,
trepando casi 2% en promedio en la última hora transaccional, aquello no
se tradujo en una recuperación tan robusta en el resto de los mercados
mundiales como se hubiese esperado, permitiéndonos concluir que los
sofisticados hedge funds están fijando por ahora los precios marginales
en el mercado estadounidense, razón evidente por la cual aún hay un
tangible nerviosismo permitiendo con ello que no sólo el índice de
volatilidad (VIX) haya sostenido el umbral de 30 puntos ayer por la
noche sino que la tasa soberana a 10 años se haya estabilizado en torno a
2.77%. Es bajo este escenario que el Dow recuperó 2.3% cerrando
levemente por debajo de los 25,000 puntos, el S&P 500 se acercó
sigilosamente hacia 2,700 puntos rentando 1.7% y el Nasdaq repuntó 2.1%
situándose en 7,116 puntos. En Europa los mercados se vienen recuperando
del orden de +0.7% mientras que el Nikkei japonés sólo logró terminar
la sesión un 0.2% arriba y el índice chino Shanghái sufrió otro
desajuste cediendo del orden de -1.8% para volverse rápidamente hacia el
umbral técnico de 3,300 puntos. Es evidente que el pasado lunes el
mercado estadounidense sufrió un comportamiento anómalo que tendrá que
ser investigado por los entes reguladores. Según medios especializados
de prensa el abrupto ajuste que permitió que el Dow cediese casi -6% en
un par de minutos marcando una caída de aproximadamente 1,600 puntos,
nació del repunte en el índice de volatilidad (VIX) que trepó en un
santiamén hacia 37.3 puntos (desde 17.3 puntos) generando pérdidas
extraordinarias en todos aquellos activos que se fueron creando en el
2017 que apuntaban a una disminución adicional de la volatildad
bursátil.
Estos activos en los últimos dos días
prácticamente han perdido casi todo su valor ya que algunos de ellos
venían multiplicados por derivados por ende la caída fue sustancial.
Entre estos se encuentran los ETPs (Exchange Traded Products) como el
instrumento XIV que el viernes pasado cerró en US$100 por instrumento y
el miércoles en el pre-market se encuentra en US$5.41. Esto llevó a que
el administrador del indice de volatilidad (VIX), el CBOE, saliese a
contra argumentar de que dicho índice no era la razón fundamental del
porque los mercados se habían comportado de dicha manera el lunes
pasado. Es de esperar, dado la similitud del comportamiento bursátil del
pasado lunes con aquel registrado el pasado 6 de mayo del año 2010,
denominado “Flash Crash” que las distintas entidades regulatorias salgan
a investigar lo ocurrido. En el 2010 aún no se habían establecido los
“fusibles” bursátiles permitiendo en aquel momento una caída del orden
de casi 1,000 puntos en el Dow representando un -9%. Sin embargo, tras
dicha instancia el primer fusible, que paralizaría al mercado por 15
minutos, se estableció en -7%, algo que las mismas transacciones
algorítmicas evitaron el lunes pasado ya que el ajuste fue de -6% para
luego revertir tendencia. Lo que aún se desconoce y que se ira
dilucidando en las próximas semanas será cuales de los hedge funds
finalmente se vieron netamente perjudicados del sacudón registrado el
pasado lunes teniendo que salir a liquidar posiciones en las próximas
semanas a medida que los inversionistas empiezan a rescatar su dinero.
Este proceso lo vivimos por varias semanas tras el desajuste del año
2010 y no debiese ser distinto en esta ocasión.
Puede,
como argumentarán algunos, que el desajuste era más que esperado, como
mencionó el Presidente de la Reserva Federal (FED) de Saint Louis, James
Bullard, ayer por la tarde dadas las altas valorizaciones a las que se
venían transando los índices tras el anuncio de la reforma tributaria.
Según Bullard el mercado habría sobre reaccionado a cifras de inflación
salarial que no necesariamente se plasmarán en realidad con ello dando a
entender, por otro lado, que la sobre venta de renta variable también
se habría sobre extendido. El miércoles cuatro de sus colegas de la FED
estarán interviniendo verbalmente seguramente de manera coordinada para
apaciguar el nerviosismo presente. Sin embargo, puede que el desajuste
del pasado lunes lo haya generado la misma FED tras dictaminar la orden
de “cease and desist” a Wells Fargo. Puede que el lunes dicha
institución se haya marginado de la operatoria de mercado sin saber si
es que dicha acción podría determinarse como aumento de riesgo
innecesario o llevar a una multa por aumentar participación de negocios
más allá de los establecidos el 2017 según la orden de la FED. Puede que
la gerencia de Wells Fargo haya optado por seguir el lema “ante la duda
abstente” intensificando con ello el inusual comportamiento de mercado
que ya venía agitado antes del dictamen el pasado viernes 2 de febrero.
Dicha orden, que se ejecutó el último día de mandato de la saliente ex
Presidenta, Janet Yellen, al segundo banco más grande de Estados Unidos,
podría haber provocado un desorden inesperado con varios agentes
reduciendo su exposición a dicha banca como contraparte válida para
hacer negocios en el 2018, con ello desordenando aún más al mercado
bursátil.
En el plano internacional, la Premier
alemana, Angela Merkel, habría alcanzado un acuerdo final con su
contraparte social demócrata para forjar un gobierno en las semanas
siguientes. Por su parte el Banco Central de India mantuvo su tasa de
instancia monetaria en 6% quedando todos a la espera de la decisión del
Banco Central de Reino Unido (BOE) el jueves por la mañana, quien se
enfrenta a una leve desaceleración macroeconómica aún con presiones
inflacionarias latentes. En el frente corporativo Chipotle, Disney y
Snap reportaron cifras mejores a la esperadas quedando el miércoles a la
espera de los resultados de Hasbro, Humana, Yelp y Zynga. Finalmente,
ayer SpaceX logró el lanzamiento de Falcon Heavy marcando el inicio de
una nueva era espacial estadounidense.
En conclusión, aun cuando los índices encontraron camino al alza el nerviosismo bursátil aún se mantiene tangible.
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