jueves, 14 de febrero de 2019

En mayo MSCI ratificará si nuestro país segirá como emergente.

Carlos Burgueño (Ambito.com)
Dentro del Gobierno hay entusiasmo para el mediano plazo financiero. Confirmada la noticia externa que más se esperaba en la Casa Rosada -la ratificación de que la Fed no aumentará la tasa de interés en el mediano plazo- ahora se espera que el FMI termine de avalar los números fiscales y monetarios del primer trimestre y desembolse aproximadamente u$s10.700 millones en marzo. Y, con esta plataforma, se espera la gran noticia financiera del año: que en mayo el Morgan Stanley Capital Internacional (MSCI) ratifique la suba del status de la Argentina del humillante calificativo de mercado “frontera” a mercado “emergente”. Y que, ahora sí, esté en la mira de los fondos de inversión más sofisticados y conservadores de los estados desarrollados.

Según el Gobierno, gran parte de la explicación del mercado de capitales local de comienzos del año se explica por la proximidad de esta mejora. Tal como había adelantado este diario la semana pasada, desde las áreas económicas y financieras del Gobierno se asegura que desde enero 2019 comenzaron a llegar al país “inversores de segunda generación”; diferenciándolos de los apostadores que llegaron al país en los primeros dos años de gestión de Mauricio Macri, y que nunca creyeron (se demostró luego) en que el programa del Gobierno hubiera podido sostenerse en el largo plazo. Son los que primero salieron del mercado local en abril de 2018, expulsados además por el propio Gobierno ante la inminente aplicación del Impuesto a la Renta Financiera que comenzó a regir ese mes para los no residentes.
A diferencia de estos, los inversores del exterior que estarían llegando desde el comienzo de 2019 tendrían (siempre según la versión oficial) una interpretación más optimista de la marcha de la economía argentina y considerarían en sintonía con el oficialismo en que el futuro es mejor que el presente. O, siguiendo la máxima que inauguró ayer Miguel Angel Broda, “antes estábamos bien pero íbamos mal, ahora estamos mal pero vamos bien”.
La estrategia de los inversores que ya llegaron al país, cambiaron sus dólares (fortaleciendo la oferta de divisas y potenciando la baja en el tipo de cambio) y se posicionaron en activos de empresas y títulos públicos sería adelantarse al cambio de perspectivas que desde la aplicación efectiva de la cucarda de “emergente” en mayo. Tuvieron en cuenta que luego de la tormenta financiera de 2018, la valoración de las compañías locales y de los bonos argentinos habían sufrido un tsunami en su cotización y en muchos casos se ofrecían a fin de 2018 casi al 50% de su valor en dólares en comparación con enero del año pasado. En otras palabras, habrían comprado barato adelantándose a la revalorización que debería tener el mercado de capitales desde mayo.
Luego, cuando se confirme el calificativo de “emergente”, y el país pueda eventualmente recibir inversiones que, según se especula, serían de entre u$s3.000 y 6.000 millones (según el analista que lo calcule), esas acciones y títulos habrían rendido lo suficiente como para garantizar una ganancia importante. En ese momento evaluarán si permanecen o salen del mercado local.
Argentina recibió la noticia de su mejora en la calificación del MSCI el 20 de junio pasado, en medio de la crisis financiera y económica de 2018, con lo que prácticamente no pudo disfrutar de la novedad. En ese momento, MSCI explicó que la decisión se basó en que los inversores internacionales expresaron su confianza en la capacidad del país para mantener las condiciones de acceso al mercado accionario, un factor clave para la calificación. Se aclaró además desde junio 2018 hasta mayo 2019, la calificadora seguiría de cerca la ratificación de la decisión y que la alteraría (devolviendo el calificativo de frontera) si desde Argentina se aplicaba algún tipo de restricción a los mercados, tanto para entrar como, especialmente, para salir.
Como el Gobierno no avanzó, aún en los peores momentos de la crisis, en trabas de este tipo se descuenta que el ascenso a “emergente” no demorará en llegar. Según estimaciones del mercado, el mercado argentino tendrá una ponderación dentro del índice MSCI en torno del 0,5%, similar a la de Colombia. Esto implicaría una demanda potencial sobre los papeles locales de entre u$s3.000 y u$s6.000 millones. El cálculo parte de la administración de los propios fondos que podrían adquirir papeles argentinos (por ahora sólo las ADR que cotizan en Wall Street). Se supone que los diseñadores de las carteras, respetan el “benchmark” (el índice de referencia del 0,5%) pero habrá que esperar mayo (fecha del rebalanceo general del índice) para confirmar la proyección.
Argentina es mercado “fronterizo” desde 2009, cuando desde MSCI descendieron al país como “resultado de las continuas restricciones para la entrada y salida de capitales en el mercado de acciones de la Argentina”, según la explicación de la consultora. La nota se mantuvo durante todo el resto de la gestión de Cristina de Kirchner, y desde la llegada de Mauricio Macri se busca la mejora. Todo indicaría que en mayo la buena noticia se oficializará.

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