Por Jorge Herrera.
La deuda
remunerada BCRA volvió a
niveles de más de $2 billones. De esta manera el stock de Pases netos más el de
Letras de Liquidez (Leliq) pasó nuevamente a igualar al total de la base monetaria.
Los últimos datos disponibles al 21 de mayo muestran que el total de Pases (son
colocaciones de los bancos en el BCRA) se elevó a $747.394 millones mientras
que el de las Leliq aumentó a $1,338 billones, o sea hay en suma un stock de
deuda remunerada de $2,085 billones. A fines de abril se había
alcanzado, por primera vez la marca de $2 billones, pero luego se fue
reduciendo a menos de $1,6 billones cuando los bancos empezaron de nuevo a
pasar fondos de su posición de efectivo mínimo (encajes en el BCRA) a Pases.
Estos movimientos, como todo en la vida, no son gratis, y por ende, tienen
consecuencias. Ocurre que por los Pases, a un día de plazo, el BCRA le paga a
los bancos una tasa del 19% anual (esta tasa que comenzó el año en 48,13% cayó
hasta el 11,40% en marzo pero luego subió al 15,20% a mediados de abril). Por
otro lado, las Leliq ofrecen una tasa del 38% anual (era del 55% a comienzos
del año). De modo que este stock de deuda remunerada, que alimenta el llamado
“déficit cuasifiscal”, implica un costo mensual de intereses de unos $50.000
millones.
Desde el vamos el Gobierno ha querido que esa importante
masa de recursos ociosos, en Pases y Leliq fueran a nutrir el canal del crédito
al sector privado. Por ahora, más allá de algunas iniciativas (líneas
promocionales a pymes y otros) no ha podido avanzar significativamente. Y si
antes de la pandemia era difícil esperar una reactivación
importante del crédito ahora todo luce más complicado. Porque las empresas que
podrían estar en condiciones de pedir nuevo financiamiento, ante el contexto de
incertidumbre generalizada y sin horizonte claro, retrae aún más la demanda de
crédito. Mientras que las compañías que ya venían golpeadas por la prolongada
recesión no encuentran mucha oferta para su calificación de riesgo o bien
también optan por no salir a tomar nuevos préstamos. Así el stock de liquidez
excedente se refugia en los Pases y en las Leliq. Es como el
perro que se corre la cola. O sea, hasta tanto no se recupere la demanda
genuina de crédito privado no se vislumbra que este stock se reduzca,
voluntariamente. Al respecto vale recordar que detrás de estos Pases y Leliq
están los depósitos del sector privado.
Todo este embrollo puede verse claramente en el
comportamiento diario de la base monetaria donde de un día para otro sube o
baja $100.000 millones, $200.000 millones y hasta $500.000 millones. Por eso es
mejor comparar el stock de deuda remunerada en términos de la base monetaria y
no solo como le gustaba presentar al BCRA de Cambiemos, en
términos del PBI. La deuda remunerada del BCRA había llegado a un
récord de $1 billón un año atrás cuando el 11 de marzo de 2019 superó los
$1,015 billones. Pero en ese momento representaba un 81% de la base.
Luego comenzó la política contractiva con que Cambiemos cerró su ciclo e hizo
que esa deuda pasara a comienzos de julio del año pasado a representar el 94%
de la base, a principios de agosto llegó al 99% y a fines de ese mes superó el
110% de la base. Este año arrancó en niveles de 101% de la base, luego bajó
ante la política monetaria expansiva y alcanzó un nuevo récord en $2,009
billones el 24 de abril pasado, cuando representaba un 103% de la base. El
stock máximo fue el 20 de mayo, con $2,15 billones. No es un número menor
porque el total de las reservas internacionales valuadas al tipo de cambio
oficial representan un 143% de la base. Pero si se incorpora a la base el total
de pasivos monetarios remunerados del BCRA, el stock de reservas (u$s42.980
millones) solo equivale al 72%.
No hay comentarios:
Publicar un comentario