El
Fondo Monetario Internacional (FMI) ha avisado de que se está
produciendo una "desconexión" entre los mercados financieros y la
economía real que podría poner en peligro la recuperación económica a
nivel global, según se desprende de la actualización de junio de su
informe sobre estabilidad financiera mundial.
"La
desconexión entre los mercados financieros y la economía global se
puede ilustrar mediante el reciente desacoplamiento entre el alza de los
mercados de valores de Estados Unidos y la contracción de la confianza
de los consumidores, lo que pone en duda la sostenibilidad del 'rally'
si no fuera por impulso proporcionado por los bancos centrales", han
alertado los economistas del FMI Tobias Adrian y Fabio Natalucci.
"Los
inversores parecen estar apostando a que el sólido apoyo de los bancos
centrales sostendrá una rápida recuperación incluso aunque los datos
económicos apunten a una recesión más profunda de lo esperado", han
alertado.
Este
miércoles, el Fondo actualizó sus proyecciones macroeconómicas para
este año y el que viene. Revisó sustancialmente a la baja su previsión
de caída del PIB mundial en 2020, anticipando una recesión del 4,9%, la
más profunda desde la Gran Depresión y mucho más severa que la
contracción del 3% proyectada el pasado mes de abril. De su lado,
también estimó que la salida de la crisis en 2021 será menos vigorosa de
lo esperado, con un rebote del 5,4%, frente al 5,8% del anterior
pronóstico.
En opinión del FMI, la
confianza de los mercados no solo ha repuntado por las acciones de los
bancos centrales, sino también por la reapertura de varios economías y
la relajación de las medidas de confinamiento frente al Covid-19.
Esta
actitud por parte de los inversores a nivel global entraña riesgos para
la economía, pues si se produce una corrección en el precio de los
activos si su "apetito por el riesgo" se desvanece, es posible que eso
sea una amenaza para la recuperación.
Según
el Fondo, esta corrección del precio de los activos podría producirse
si la depresión es más profunda y prolongada de lo que los inversores
anticipan, si se produce una segunda oleada del virus o si las
expectativas de apoyo por parte de los bancos centrales resultan ser
"muy optimistas".
Este riesgo se
suma a otras vulnerabilidades del sistema financiero que han
"cristalizado" gracias a la pandemia del Covid-19, como los elevados
niveles de deuda y las pérdidas resultantes de las insolvencias, algo
que "pondrá a prueba la resiliencia de los bancos en algunos países".
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