BUENOS AIRES, 11 jun (Reuters) - El plan de Glencore para comprar el
paquete accionario restante de la planta de molienda de soja Renova, un
proyecto conjunto en Argentina con Vicentin, probablemente se frustre
por la intención del Gobierno local de expropiar la agroexportadora,
dijeron dos fuentes a Reuters.
Sin
embargo, el proyecto del Gobierno argentino de tomar el control de la
firma en bancarrota Vicentin, que posee el 33% de las acciones de Renova
-el restante es de Glencore-, no debería de afectar las exportaciones
agroindustriales de Argentina, dijeron las fuentes que tienen
conocimiento cercano del asunto.
Ambas fuentes pidieron que no se
divulgara su identidad debido a la privacidad del asunto. Glencore no
quiso realizar comentarios.
“A Glencore todavía le gustaría
comprar las acciones restantes de Renova, pero es muy improbable que el
Gobierno las venda. No creo que eso suceda”, dijo una fuente cercana a
las conversaciones por la compra de las acciones.
El lunes, el
presidente argentino, Alberto Fernández, anunció la intervención por
parte del Estado de Vicentin -la mayor exportadora de derivados de la
soja de Argentina en 2019- y señaló que enviará un proyecto de ley para
expropiar la empresa, actualmente en concurso de acreedores.
Renova
está en la orilla del río Paraná, en el conglomerado agroportuario al
norte de la ciudad de Rosario, y es una de las plantas de molienda de
soja más grandes del mundo.
El accionista mayoritario
de Renova, Glencore, había ofrecido comprar el paquete accionario
remanente en manos de Vicentin en 325 millones de dólares, pero las
negociaciones se empantanaron debido a los procesos de quiebra de
Vicentin.
Una segunda fuente del sector, con conocimiento directo
de la situación, confirmó que la oferta de Glencore para quedarse con
la totalidad de Renova probablemente sería impedida por la intervención
del Estado en Vicentin.
“Sin embargo, esto no va afectar en nada
la oferta de productos derivados de la soja de Argentina. Argentina
seguirá moliendo entre 40 millones y 42 millones de toneladas de soja
por año”, dijo la primera fuente.
En tanto, una fuente del
Gobierno argentino dijo que era demasiado temprano para decidir qué
hacer con Renova. Consultado por la planta a inicios de esta semana,
Fernández respondió que aún era “prematuro” hacer declaraciones.
El presidente argentino se reunirá en la tarde del jueves con dirigentes de Vicentin.
Vicentin
se declaró en quiebra luego de entrar en una cesación de pagos, a fines
del año pasado, por un monto cercano a 300 millones de dólares en deuda
comercial y 1.000 millones de dólares en crédito de bancos locales e
internacionales.
Renova era un proyecto dividido en
partes iguales entre Glencore y Vicentin, hasta que la empresa argentina
se quedó sin liquidez a fines del año pasado. Entonces, en noviembre,
Glencore compró un 16,7% más de Renova a su socio, llevando su paquete
al 66,7%.
Vicentin, fundada en 1929, detuvo su actividad en
plantas propias tras entrar en cesación de pagos y desde entonces
Glencore pagó los salarios de Vicentin en Renova en anticipación de una
eventual toma de control completa en la planta.
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