En septiembre la Unión Europea bajó a entre 4,5 y 8,1 por ciento sus tasas sobre la importación del biodiésel argentino, desde el nivel de entre 22 y 25,7 por ciento que había establecido en 2013.
Pero la Comisión Europea lanzará esta semana una investigación para determinar si los productores argentinos que exportan biodiésel se están beneficiando de subsidios injustos, según personas familiarizadas con el caso.
“Esta investigación dañará a los consumidores de la Unión Europea”, dijo Carbio en un correo electrónico ante la consulta de Reuters, en el que añadió que la entidad colaborará para demostrar la inexistencia de prácticas comerciales injustas en Argentina.
En noviembre, el principal asesor de esa cámara estimó que los embarques de biodiésel argentino a la Unión Europea alcanzarían al menos 500.000 toneladas en 2018.
En el primer semestre del año pasado, Argentina había exportado 733.485 toneladas de biodiésel, mayormente a Estados Unidos, según datos oficiales. Esa cifra fue inferior a los 1,6 millones de toneladas que, de acuerdo al ente oficial de estadísticas, se embarcaron en el 2016.Carbio representa a los mayores exportadores de biodiésel de Argentina, entre ellos gigantes como Bunge, Cargill y Louis Dreyfus. El país sudamericano es también el mayor proveedor internacional de aceite de soja.
Reporte de Maximiliano Rizzi y Hugh Bronstein; Editado por Silene Ramírez
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